EL ROL DE LA ESCUELA EN APRENDER A VIVIR

Según el profesor Antonio Llopiz, educar en valores tiende más a preocuparse por lo que los alumnos “sean más que por lo que sepan”. Expresa el profesor: “qué sentido tiene conocer valores conceptuales, que se asimilan con celeridad, sino se interioriza su actitud que es más lenta de aprender. Por ejemplo, ¿qué sentido tiene conocer la teoría física de la luz, si se la derrocha? O ¿para qué necesita conocer un sonido un niño, si a través de él molesta a otros?”.

Luego, del sistema educativo se espera que enseñe no sólo a "aprender a aprender" sino también a "aprender a vivir", siendo importante el papel de la escuela, en donde profesores, compañeros y toda la comunidad educativa con la cual interactúa el niño y el joven diariamente, transfieren algunos valores diferentes a los que el individuo ya había forjado.

En esta etapa, uno de los protagonistas principales, en cuanto a transmisión de valores, es el docente, quien con su ejemplo y forma de actuar enseña, ilustra. Por ello, el docente deberá estar muy atento a sus actitudes, palabras, gestos y tratar de que éstos sólo transmitan valores positivos, tales como respeto, unión, honestidad, tolerancia, solidaridad, sin incongruencias entre el "decir" y el "hacer".
Es aconsejable ofrecer a los alumnos una atmósfera de confianza y no olvidar que en los nuevos enfoques de la orientación educativa, el docente con su formación actual puede y debe poner en práctica la atención de sus alumnos en forma integral.

Debido a que los valores son inmodificables e imprescindibles y que cada persona los crea, el principal papel del educador es el de ayudar a sus alumnos en dicho proceso de creación o de modificación de esos valores si ya los tuviesen y no fuesen los adecuados. Para ello, el maestro debe:

- Impulsar los valores como base de todas las asignaturas académicas, los cuales faciliten al alumno a asumir conductas responsables, tolerantes, de trabajo, de unión, de respeto, de solidaridad.

- Promocionar actividades de convivencia entre padres y alumnos. En las actividades académicas diarias, estimular y desarrollar actitudes de análisis, meditación y conclusión.

- Apoyar e impulsar la comunicación padres-hijos a través de actividades sencillas. Por ejemplo, tener un "cuaderno de comunicación a padres", en donde el alumno escriba en forma muy resumida sus experiencias, reflexiones, dudas de su actividad diaria, lo cual deberá ser firmado por el maestro y los padres. Esto garantizará el intercambio de información y comunicación entre padres-maestro-alumno.

- Promover dentro de la educación formal, el desarrollo de personas éticas, libres y responsables, con capacidad para una interacción personal y social tolerante, democrática y constructiva, fomentando el equilibrio entre los contenidos académicos y la enseñanza en valores que favorezca el desarrollo integral del educando.

- Inspirar al alumno en la elección de sus valores personales y a conocer métodos prácticos para desarrollarlos y profundizar en ellos.

- Contrarrestar la influencia negativa, en cuanto a enseñanza de valores equívocos, que en su mayoría transmiten algunos medios de comunicación, en especial, la TV. El maestro deberá desarrollar el pensamiento crítico en los alumnos, ayudándoles a que sean personas conscientes y reflexivas en la adquisición de sus propios razonamientos y conclusiones.






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