Luego, del sistema educativo se espera que enseñe no sólo a "aprender a aprender" sino también a "aprender a vivir", siendo importante el papel de la escuela, en donde profesores, compañeros y toda la comunidad educativa con la cual interactúa el niño y el joven diariamente, transfieren algunos valores diferentes a los que el individuo ya había forjado.
En esta etapa, uno de los protagonistas principales, en cuanto a transmisión de valores, es el docente, quien con su ejemplo y forma de actuar enseña, ilustra. Por ello, el docente deberá estar muy atento a sus actitudes, palabras, gestos y tratar de que éstos sólo transmitan valores positivos, tales como respeto, unión, honestidad, tolerancia, solidaridad, sin incongruencias entre el "decir" y el "hacer".
Es aconsejable ofrecer a los alumnos una atmósfera de confianza y no olvidar que en los nuevos enfoques de la orientación educativa, el docente con su formación actual puede y debe poner en práctica la atención de sus alumnos en forma integral.
Debido a que los valores son inmodificables e imprescindibles y que cada persona los crea, el principal papel del educador es el de ayudar a sus alumnos en dicho proceso de creación o de modificación de esos valores si ya los tuviesen y no fuesen los adecuados. Para ello, el maestro debe:
- Impulsar los valores como base de todas las asignaturas académicas, los cuales faciliten al alumno a asumir conductas responsables, tolerantes, de trabajo, de unión, de respeto, de solidaridad.
- Promocionar actividades de convivencia entre padres y alumnos. En las actividades académicas diarias, estimular y desarrollar actitudes de análisis, meditación y conclusión.
- Apoyar e impulsar la comunicación padres-hijos a través de actividades sencillas. Por ejemplo, tener un "cuaderno de comunicación a padres", en donde el alumno escriba en forma muy resumida sus experiencias, reflexiones, dudas de su actividad diaria, lo cual deberá ser firmado por el maestro y los padres. Esto garantizará el intercambio de información y comunicación entre padres-maestro-alumno.
- Promover dentro de la educación formal, el desarrollo de personas éticas, libres y responsables, con capacidad para una interacción personal y social tolerante, democrática y constructiva, fomentando el equilibrio entre los contenidos académicos y la enseñanza en valores que favorezca el desarrollo integral del educando.
- Inspirar al alumno en la elección de sus valores personales y a conocer métodos prácticos para desarrollarlos y profundizar en ellos.
- Contrarrestar la influencia negativa, en cuanto a enseñanza de valores equívocos, que en su mayoría transmiten algunos medios de comunicación, en especial, la TV. El maestro deberá desarrollar el pensamiento crítico en los alumnos, ayudándoles a que sean personas conscientes y reflexivas en la adquisición de sus propios razonamientos y conclusiones.
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